El término en sí, se acuñó en sector automovilístico alemán entre el 2010 y el 2011 y pretendía designar al conjunto de tecnologías y procesos de producción que comienzan a perfilar lo que será la industria del futuro. Más allá del eslogan Industria 4.0, el término sintetiza lo que se considera la cuarta revolución industrial.
Se trata de una transformación hacia la digitalización del sistema productivo y supone un salto cualitativo en la organización y gestión de la cadena de valor, donde las relaciones comerciales y productivas conllevan una constante conexión entre cliente, proveedor, distribuidor-logística y fabricante.
En el mundo empresarial es crucial que definamos la Industria 4.0 en términos de oportunidades de negocio que nos permitirá desarrollar nuevos modelos de negocios inteligentes, que aprovechen las nuevas oportunidades para nuestros sistemas de diseño, fabricación y mantenimiento.
Dicho de otra manera: Industria 4.0, en términos empresariales se define como una transformación que nos proporcionará nuevas e importantes oportunidades de negocio. Tras el término Industria 4.0, han surgido derivados como Smart Industry, Industria Conectada o IoT Industrial.
En el concepto se tiene en cuenta el aumento de la digitalización de las industrias manufactureras, donde los objetos físicos están perfectamente integrados en la red de información (conectados a Internet), lo que permite descentralizar la producción y su adaptación en tiempo real al futuro.